Emprendimiento e Innovación

Lluvia Solida.Estos emprendedores mexicanos lograron ser rentables (y ser sustentables)

11 de mayo de 2024
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Lluvia Solida.Estos emprendedores mexicanos lograron ser rentables (y ser sustentables)
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Emprender en México es un reto, y más si se trata de un emprendedor sustentable, que además de hacer negocio busca responder a un problema social y medioambiental. Aunque se trata de una tendencia que ha tomado fuerza, el camino hacia la rentabilidad es largo y a veces una carrera de resistencia. Pero cada vez más empresas buscan reducir su huella ambiental, ofrecer soluciones reutilizando y reciclando materiales y generar productos amigables con los ecosistemas.

 

El índice de fracaso es mayor en los emprendedores sociales que en los tradicionales, dice Jairo Ruiz, profesor e investigador de la Escuela de Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey, en Nuevo León. “No hay un ecosistema tan fuerte para apoyar este tipo de empresas como lo hay para apoyar a una empresa tradicional. Además, es más difícil generar un producto o servicio que resuelve una problemática a generar un producto o servicio que resuelve una aspiración de mercado”, dice.

Según el estudio Causas de fracaso en empresas sociales mexicanas, que elaboró The Failure Institute, el 83% de este tipo de emprendimientos sobreviven hasta tres años. Las pequeñas empresas tradicionales tienen un poco más de vida. El 80% sobrevive hasta cinco años, según el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial.

Ambos tipos de empresas comparten las razones de su fracaso, señala Ruiz, como la falta de profesionalización de sus miembros, la gestión de la empresa, la falta de financiamiento, no tener un equipo humano sólido, un modelo de negocio no sostenible o la falta de apoyo del Gobierno. Quienes sobreviven persisten a las inclemencias, aprenden de sus errores y logran modelos de negocio exitosos.

Los casos de éxito reunidos para este artículo y que hacen parte de “México, 10 emprendedores sustentables” un libro que hizo LIDEditorial, tienen dos cosas en común: ofrecen soluciones para el campo mexicano y sus fundadores aprendieron en el camino y, después de la prueba y error, consiguieron la anhelada rentabilidad. Diversificar sus segmentos de mercado, educar a los productores del agro, expandirse geográficamente y armar una red de distribuidores son algunas de las estrategias que les ayudaron.

Lluvia Sólida y la segmentación del mercado


En 2001, Leonardo Rico y su padre descubrieron un sistema de riego que utiliza un compuesto a base de polímeros para ahorrar agua, aprovechar la lluvia y mantener la humedad en las plantas y cultivos por más tiempo. “Partimos de un principio muy simple que es del pañal desechable: gelatiniza los líquidos, los retiene, se los pasa a la planta y ésta se sigue rehidratando, por años, de forma segura y sin contaminación”, explica Rico.

Los polímeros, del tamaño de granos de azúcar, absorben el agua, se expanden hasta 400 veces su peso y la raíz toma de ahí lo que necesita. Esta es una solución ante uno de los problemas más apremiantes del cambio climático, la escasez de agua y el hecho de que la agricultura la utiliza intensivamente y desperdicia más de la mitad por la evaporación.

Rico fundó una empresa en 2003, y después de años sin tener ganancias, principalmente por su desconocimiento en administrar un negocio, en 2015 quebró. Desde entonces empezó a capacitarse en temas contables y administrativos, y recibió la ayuda de una aceleradora de negocios dos años después.

 

En un primer momento se enfocó a atender a los productores de temporal del campo mexicano, que siembran maíz, frijol, trigo, pero el temor a cambiar sus métodos de cultivo y sus dificultades económicas limita el venderles. “La mayoría no cuenta con los recursos y nos enfrentamos a su resistencia de abandonar sus prácticas de toda la vida”, dice Leonardo.

Entonces, decidió segmentar su mercado. Por un lado, se enfoca en productores con cultivos más rentables, como aguacates y berries (bayas o frutas del bosque), y por otro, jardines, huertos y viveros. “El árbol de aguacate requiere 600 litros para regarlo, y eso lo podemos reducir a la mitad. Además, los aguacateros, desde los pequeños hasta los grandes tienen más posibilidades de invertir en una innovación”.

 

Por ahora aún reinvierte sus beneficios, pero pronto, dice, podrá generar un sistema de financiamiento para los productores que siembran maíz, frijol, trigo y que tienen menos posibilidades de invertir en nuevas tecnologías. Con el tiempo ha aprendido a abordar a sus distintos públicos y les da una asesoría personalizada para utilizar el producto de acuerdo con sus formas de sembrar.