Andrés García Gasca es egresado de Administración de Empresas del TEC de Monterrey, pero antes ya había intentado estudiar ingeniería electrónica e ingeniería industrial, nunca imaginó que la combinación de estas tres carreras y una clase de emprendimiento definirían su proyecto de vida.
“Estaba buscando ideas de negocio para la materia de emprendimiento e investigando en internet me apareció la publicidad de una llantera, interesado en temas de contaminación hice el match entre estas dos ideas y dije: voy a salvar el mundo”.
Fue en 2011 que Andrés creó Trisol, una empresa que transforma llantas en materia prima para la fabricación de productos, desde impermeabilizantes y blocks de construcción, hasta pisos, tapetes, pasto sintético y arrecifes.
A diferencia de la quema de llantas para hacer combustible, Trisol trabaja el reciclaje mecánico, es decir, separa la fibra textil, el acero y el caucho y lo transforma en gránulos o granos para la fabricación de distintos productos.
“El reciclaje mecánico es más eficiente y amigable con el medio ambiente, además puedes hacer muchísimas cosas, es muy versátil para crear productos terminados”, explica.
Sin embargo, a diferencia de un emprendimiento “normal”, arrancar Trisol formalmente le tomó tres años de investigación y fue hasta el 2014 que logró consolidar la inversión y la estructura suficiente que necesita una empresa de reciclaje de llantas.
La empresa empezó con tres personas y actualmente son 13 en el equipo, han pasado de recoger las llantas que veían en la calle a llamar la atención de compañías globales como Tesla, empresa estadunidense que fabrica autos eléctricos.
“Tesla nos contactó para crear lazos en cuestión de residuos, que una empresa de ese nivel buscara a un proyecto que nació en una escuela fue muy emocionante”, cuenta Andrés.
Además, Trisol fue reconocida con el Premio Latinoamérica Verde 2016, fue elegida entre mil 500 proyectos relacionados con el medio ambiente, competía contra Colombia y Argentina, quedando en tercer lugar a nivel Latinoamérica.
“Estuvimos también entre los 40 emprendimientos de Cleantech Challenge 2016, esto hace que la empresa se consolide y se difunda lo que se hace en México en gestión de residuos”.
Trisol opera desde Tultitlán, Estado de México, pero su objetivo siempre ha sido ser una empresa de clase mundial, el próximo año esperan llegar al sureste del país y posteriormente ir a Suramérica, Asia y Europa. Actualmente tienen clientes en casi toda la República y han generado interés en países como Brasil, Estados Unidos y Tailandia.
El reto de la compañía es mejorar la tecnología en temas de reciclaje de llantas, pues anualmente México produce 40 millones de llantas y sólo el 3% se usa como combustible alterno o para elaborar productos. El proyecto busca optimizar los procesos, bajar los costos e impactar de manera positiva en el ambiente.
“La meta es ser la empresa de reciclaje de llantas más grande del mundo, empezaré por México, quiero seguir los pasos de PetStar, la más grande a nivel mundial de reciclaje de PET, quiero lo mismo, pero de llantas, fabricando productos para la industria automotriz que requieren una calidad suprema”, finaliza el emprendedor.