Julio Antonio López Lizárraga, cuando cursaba los últimos semestres de la carrera de ingeniería en aeronáutica, invitó a otros jóvenes para organizarse y crear una empresa que ofreciera soluciones tecnológicas a los agricultores de Sinaloa.
Apasionado por su carrea, ideó un proyecto para impulsar la industria aeroespacial en la entidad. Lo platicó con compañeros de escuela y, entusiasmados, pusieron manos a la obra.
En cierta edad en la carrera nos preguntamos en qué trabajaríamos, algunos pensaban dedicarse al diseño, otros a la investigación; la industria aeroespacial no estaba aún desarrollada. Podías aspirar a trabajos como manufactura u operaciones aéreas. Entusiasmados, iniciamos el proyecto, comentó Julio.
En 2012, recibieron recursos provenientes del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que permitió a los jóvenes emprendedores formalizar su empresa.
También recibimos apoyo de nuestros maestros. Al egresar de la carrera, la mitad del equipo se quedó en Monterrey y el resto fue a capacitarse. Al terminar, recibimos la noticia de que nuestro proyecto había sido aceptado en el PEI. Comenzamos a desarrollar los prototipos de los aviones y a desarrollar más tecnología: cámaras infrarrojas, multiespectrales, etcétera, todo aplicado para agricultura, explicó.
Los jóvenes desarrollaron más tecnología y cuando estuvieron listos para aplicarla en campo regresaron a su ciudad natal, Los Mochis, donde comenzaron a hacer vuelos de demostración con drones, explicaron a los agricultores sinaloenses la nueva tecnología, los beneficios que trae y qué habilidades ofrecen las herramientas.
Los integrantes del equipo tenían la firme idea de que el dron solucionaría muchos problemas de los agricultores, pero encontraron también que requerían conocimiento agronómico e información previa, por lo que decidieron sumar al equipo a otro grupo de ingenieros, para convertir a Luxelare en una empresa multidisciplinaria.
Involucramos a otro tipo de ingenieros, a agrónomos, expertos en mecatrónica, en informática; comenzamos a desarrollar más herramientas necesarias para obtener información de ayuda para el agricultor: la principal es que no llevan un orden de las bitácoras de los productos que están aplicando cuando riegan ni de la cantidad o información del clima.
Luxelare desarrolló herramientas digitales que facilitaban al productor el orden en el manejo, o hacer más práctico el manejo de la operación. Con apoyo de drones, estaciones meteorológicas y plataformas digitales emprendieron la recolección de información, que llegaría digerida al agricultor para facilitar la toma de decisiones.
Por ejemplo, un sistema agrometeorológico que implementamos nos da la humedad del ambiente y del suelo, así el agricultor puede decir cuándo regar y en qué cantidad, y así dejar de hacerlo empíricamente como lo hacía, explicó.
Entre las experiencias gratificantes que ha tenido Luxelare, se encuentra el caso de uno de sus clientes, cuya tierra se llenaba de maleza año con año. Él contaba con equipos de precisión para aplicaciones puntuales y solicitó apoyo de los emprendedores para operarlo.
Lo que hicimos fue volar un dron y detectar dónde estaba la maleza y lo convertimos en información que se alimentó a la máquina de precisión y en 70 hectáreas ellos llevan una dosis de 200 litros por hectárea. Con la información que les dimos: solamente eran cinco hectáreas efectivas que tenían maleza, obviamente distribuidas en las 70 hectáreas; esto representó un ahorro inmenso: de 70 hectáreas a cinco hectáreas, es considerable, comentó.
De esa manera, el equipo de Luxelare encontró que además contribuirían al impacto ambiental y en salud, con la reducción de dosis de agroquímicos en las tierras de cultivo.
En esas tierras se iba a aplicar un herbicida que se iría al subsuelo y contaminaría. Logramos reducir esa contaminación en 90 por ciento, y el impacto en salud es considerable también, ya no se hace con avionetas, sino con otro tipo de maquinaria, más precisa y económica, con mayor impacto, dijo.
Luego de un largo proceso de selección, el equipo de Luxelare logró el apoyo por parte de Wayra, la aceleradora de startups digitales que apoya a emprendedores a crecer, ofrece financiamiento de hasta 50 mil dólares, acceso a una red global de partners de negocio, mentores y expertos, más la oportunidad de trabajar con los negocios de telefónica en el mundo.
Nuestro argumento es que si funciona en Sinaloa, con los agricultores sinaloenses, funcionará en el mundo con los agricultores mundiales, dijo Julio.
Artículo publicado por CIENCIA MX.