Poca gente puede presumir de ser o haber sido campeón del mundo de una disciplina, sea cual sea, y mucho menos de haberlo logrado con 16 años de edad. El mexicano Sergio Ramos se ha coronado en la final de la Crown Championship como el mejor jugador de Clash Royale del mundo, un videojuego que cuenta con cerca de 80 millones de jugadores.
Sergio Ramos, cree que el 99.9% del trabajo para convertirse en uno de los mejores pro players de México consiste en entrenar y le dedica de 8 a 10 horas diarias en periodos de competencia.
Antes de convertirse en un jugador profesional, Sergio llevaba la vida de un estudiante común, asistiendo al bachillerato y jugando por hobby. Hoy se dedica de tiempo completo a los eSports. Aunque en su temporada de descanso mantiene su distancia con los videojuegos, en época de competencia se comienza a preparar con un mes de anticipación. Participa en dos torneos oficiales al año y en cerca de seis competencias secundarias.
Antes de la emergencia sanitaria mundial, Ramos pasaba una tercera parte del año viajando por el mundo, este supondría el tercer año consecutivo que Supercell, desarrollador del juego, celebraría su final en Los Ángeles. Sergio se coronó en Londres en 2017 y recibió un premio de 150,000 dólares.
Ramos explicó que los ingresos de un jugador de eSports depende de muchas variables como el juego, el equipo al que pertenezca o el desempeño del jugador y estimó que en México estos ingresos pueden ir de los 500 a los 4,000 dólares mensuales y generalmente los contratos con los equipos son anuales.
Y es que el ascenso de Sergio es poco menos que meteórico. En apenas unos meses ha pasado de ser un buen jugador poco conocido a acaparar todas las portadas de los medios internacionales de deportes electrónicos y ser una estrella en su país. Su cuenta en Twitter ha ganado unos cuantos miles de seguidores en apenas unas horas; es lo que tiene ser campeón del mundo.