Desde algo que está en nuestras vidas diarias como lo es el flotador del baño, hasta algo tan complejo como un tratamiento contra el cáncer, han sido obra de mentes de ingenieros de mexicanos.
México es un país lleno de talento, pintores, escritores, abogados y diversos ingenieros mexicanos han dejado huella en todo el mundo por su gran habilidad y sus destacadas aportaciones. Dicho esto, hoy nos enfocaremos en la impresionante labor que han realizado estos últimos y hablaremos sobre cómo han mejorado nuestra vida.
Un jet pack, también llamado avión individual, es una mochila que, por medio de un mecanismo con propulsión, te permite impulsarte por el aire y volar por algunos momentos de manera controlada.
¡El sueño de volar se hizo posible!
Esta máquina fue inventada por el ingeniero mexicano Juan Manuel Lozano Gallegos, quien, además de tener un título en Física Aeronáutica y ser piloto aviador desde los 24 años de edad, es el fundador de la empresa Tecnología Aeroespacial Mexicana.
El jet pack se utiliza para diversos objetivos. En el cine y en algunos espectáculos musicales y deportivos sirve para realizar emocionantes efectos especiales. Por otro lado, es útil en otras industrias como la del petróleo, el gas y la agricultura para facilitar sus procesos e, incluso, ha sido utilizado en labores de rescate.
Pero, ¿cómo surge este invento? El talento de Juan Manuel Lozano con las manos fue innato. A sus 19 años creó su primer motor y más tarde se graduó de ingeniería. A pesar de que los estudios no fueron fáciles para él, su perseverancia y buena actitud lo llevaron al éxito no solo para crear el jet pack, sino para perfeccionar otros descubrimientos.
En este momento, se están estudiando más usos que puedan darse al invento de este gran ingeniero mexicano e inclusive han existido muchas otras máquinas que surgieron inspiradas por el jet pack.
La industria televisiva es una de las más importantes en la actualidad, y si bien en estos últimos años ha sufrido cientos de cambios, no existe un evento que haya provocado un antes y un después más marcado que la invención de la televisión a color. Obviamente, creada por un ingeniero mexicano.
Gracias al talento de Guillermo González Camarena, hoy en todo el mundo podemos disfrutar de la televisión a color, y sin importar que recientemente han surgido nuevas tecnologías que permiten obtener cada vez una mayor definición y fidelidad de imagen, fue este mexicano quien demostró al mundo que la transmisión y proyección de imágenes a color era posible.
¿Quieres saber cómo se logró este invento? Desde pequeño, Camarena tuvo un gran interés por el comportamiento eléctrico de las cosas y su pasión lo llevó en 1932, a construir su primera televisión con piezas de radio descompuestas.
Tras una larga investigación y mucho trabajo logró conseguir las piezas con las que pensó que podría producir una televisión a color y lo hizo. En 1940 patentó su "Sistema Tricrómatico Secuencial de Campos" y en 1945 se realizaron las primeras transmisiones a color en el Cine Alameda.
Este invento le dio a Camarena gran prestigio, pues un sinfín de empresas buscaron hacer uso de su invento. Por ejemplo, la NASA que es la más grande agencia de investigaciones espaciales del mundo y la SEP que puso en marcha el Sistema de Educación de Telesecundaria.
Además su esfuerzo le abrió muchas puertas que le permitieron crear su propio canal XHGC, canal 5 nombrado así por las iniciales de los apellidos de Guillermo.
No todos los inventos de grandes ingenieros mexicanos son eléctricos, existen muchos descubrimientos e investigaciones que se han enfocado en otras áreas de la ingeniería. Muchos de estos han revolucionado diversas industrias y es el motivo por el cual los ingenieros usualmente tienen mejores salarios.
Pero ¿qué otras áreas se han beneficiado de los grandes inventos de los ingenieros mexicanos? ¡Las sustancias y materiales! A lo largo de la historia de la ingeniería industrial se han desarrollado importantes creaciones como la tinta indeleble.
Esta sustancia se utiliza principalmente en el proceso electoral para asegurar que sea lo más justo y ordenado posible. Cuando un ciudadano realiza su voto se le marcan los dedos con este líquido y esto evita que pueda volver a votar.
Es importante mencionar que la fórmula que se utiliza en cada proceso electoral es diferente, pero por lo general la tinta indeleble tarda 15 segundos en secar y sin ser tóxica, dura entre 2 y 4 días sin borrarse, según la química de la piel de la persona.
Gracias a los esfuerzos de Filiberto Vázquez Dávila este invento no solo ha jugado un papel esencial en las elecciones nacionales, sino que ha trascendido en muchos otros países y ha impulsado la democracia y la igualdad.
La tortilla es uno de los elementos más característicos de la gastronomía mexicana. Si bien se puede hacer a mano por medio de una plancha o un comal y una prensa para darle forma a la masa, la velocidad de producción es muy lenta y no alcanza a satisfacer las necesidades de las familias mexicanas.
En este caso fueron las mentes de 2 grandes ingenieros mexicanos, Everardo Rodríguez Arce y su socio Luis Romero, quienes crearon la máquina que tiene la capacidad de producir cientos de piezas cada hora o miles cada día. La única diferencia es que cuando se creó, ésta producía tortillas cuadradas en vez de redondas.
Fue hasta unos años después que otro gran ingeniero mexicano tomando como inspiración la máquina creada por Rodríguez y Romero, creó una versión mucho mejor que no solamente producía tortillas redondas como las que comemos hoy, sino también de diferentes formas y tamaños y de manera totalmente automática, es decir sin la intervención de un operador en medio del proceso de producción.
Eso sí, aunque muchas fábricas producen este tipo de maquinaria en la actualidad, todos los mecanismos toman como base la idea original que estos tres grandes ingenieros mexicanos desarrollaron.
Ir al baño, sentarse en la taza y jalar de la palanca al final es algo que hacemos tan comúnmente y con tanta facilidad que pocas veces nos detenemos a pensar en las cosas que lo hacen posible.
Dentro de cada caja de baño existe un pequeño mecanismo llamado flotador que controla el flujo del agua y que sin el cual, ir al escusado sería una experiencia mucho más compleja de lo que es.
Con este invento, es posible asegurarse de que el agua solamente entre en el depósito del sanitario cuando esta no ha llegado a la altura necesaria, automatizando de esta manera el llenado de dicho depósito.
Con el tiempo se crearon versiones mucho más complejas que permiten también desalojar agua en diferentes cantidades, de acuerdo a la necesidad del usuario. Esto es especialmente importante para ahorrar agua.
Pero ¿a quién le debemos este útil invento? Fue gracias a las manos hábiles del ingeniero mexicano José Antonio de Alzate, quien desarrolló este invento en el año 1790.
Si bien los sistemas operativos de computadoras más famosos son definitivamente Windows, IOS, y Linux, gracias a las manos de los ingenieros mexicanos Miguel de Icaza y Federico Mena es posible afirmar que en la industria del software también existen productos orgullosamente mexicanos.
GNOME es un entorno de escritorio; es decir, un paquete de software diseñado para interactuar de manera gráfica e intuitiva con el sistema operativo de tu computadora. Este sistema se encuentra disponible en más de 160 idiomas y es completamente intuitivo para ayudar al usuario a trabajar de manera simple y veloz.
Sus características más importantes son el hecho de que está diseñado como software libre, lo cual quiere decir que es posible hacerle mejoras o adaptaciones para que los usuarios puedan hacer que su experiencia sea mucho más personal y cómoda, contando tambien con la enorme cantidad de herramientas y aplicaciones que tiene.
Esto significa que encontrarás procesadores de texto, hojas de cálculo, programas de mensajería, herramientas de programación, juegos y muchas otras características para maximizar las posibilidades de uso de tu computadora.
Además, otro de sus elementos más atractivos es que tiene la capacidad de adaptarse a muchos tipos diferentes de usuarios, por ejemplo, aquellos que tienen alguna discapacidad, ya que ofrece funciones como reconocimiento de voz y otras facilidades.
La medicina no se salva de las manos de científicos e ingenieros mexicanos, ya que existen muchos inventos que, a través de la tecnología, han impulsado la salud.
Uno de los proyectos más importantes y revolucionarios que ha estado a cargo de un mexicano es la píldora anticonceptiva.
El científico Luis Ernesto Miramontes, en compañía del alemán George Rozenkranz y el austriaco Carl Djerassi, quien es el padre de este método de prevención del embarazo, trabajó en el desarrollo de este invento que se realizó en la Ciudad de México.
Actualmente, la píldora anticonceptiva es el segundo método de prevención del embarazo más comúnmente utilizado, solo detrás del condón, y tiene un muy alto porcentaje de efectividad. Sin embargo, este método solamente sirve para evitar embarazos, no tiene ningún uso en la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Fue en esta época en la que México tuvo un gran auge en el aspecto científico, en especial en la rama de la química, esto puede deberse en gran parte a la sintetización de diversas sustancias que se extraen de hierbas endémicas de la región. Sin embargo, sin la intervención de los ingenieros, no tendríamos esta posibilidad.
Otra de las más grandes aportaciones de reconocidos ingenieros mexicanos en el campo de la medicina es el uso de la nanotecnología catalítica, una disciplina que permite inyectar partículas en los tumores cerebrales y de esta forma, hacer eficiente los tratamientos contra diferentes tipos de cáncer.
Fue gracias a la doctora Tessy López Göerne que se ha creado una nueva rama de la medicina y la oncología. Ella, a través de sus investigaciones, logró desarrollar un método por el cual se sintetizan diversas sustancias que atacan las células cancerígenas de una manera mucho más efectiva que otros métodos.
El origen de esta rama de la ciencia está basado en la ficción (aunque usted no lo crea), ya que en una película de 1966, llamada “El viaje fantástico", los protagonistas se encojen a tamaños microscópicos con la intención de introducirse dentro del cuerpo de otro personaje para poder salvar su vida.
Usando esta idea como base, la doctora López fue capaz de crear este nuevo método con el cual se puede asegurar que las medicinas no se disipen, sino que se concentren específicamente en las células enfermas que se necesitan atacar.
Es importante mencionar que este trabajo también ha tenido un gran impacto en los pacientes de diabetes, ya que, utilizando nanocatalizadores, los pacientes pueden ser tratados contra los efectos que produce esta enfermedad en los pies regenerando los tejidos y músculos. Gracias a esto se puede evitar la amputación, logro reconocido recientemente por la Academia Mundial de las Ciencias.
México es un país bastante conocido por su industria automotriz. Sin embargo, la inversión y el desarrollo que existe en esta rama generalmente se hace en el extranjero.
Por suerte, el automóvil Ecovía es la excepción a esa regla, ya que se trata de un invento totalmente mexicano.
Fue en el año 2007 cuando diferentes científicos mexicanos gracias a sus estudios en ingeniería mecánica, mecatrónica y automotriz, fueron capaces de desarrollar este automóvil. La principal característica de este invento es que su movimiento se produce por medio de un motor híbrido. Este es un excelente ejemplo de cómo podemos innovar para cuidar y aprovechar nuestra energía renovable y no renovable.
La idea es que, en vez de utilizar gasolina o diésel como la mayoría de los vehículos, este automóvil tiene como base un motor de hidrógeno que al entrar en contacto con ciertos componentes, llamados celdas de combustible, tiene la capacidad de hacer que el vehículo se desplace a velocidades alrededor de 70 kmph.
Al no ser un motor tradicional que utiliza hidrógeno y electricidad para moverse las emisiones de contaminación que genera son mucho menores, lo cual lo convierte en una opción mucho más atractiva para aquellos que se preocupan por el medio ambiente. Por lo tanto, debemos agradecer también a los ingenieros ambientales por este invento.
Es importante mencionar que el primer prototipo de este automóvil significó 2 años de trabajo constante y que es el resultado de un gran número de personas comprometidas con la innovación en nuestro país.
Joel Sosa Gutiérrez de 26 años, y Sergio Omar Galván Cáceres de 25 años, fueron los genios que en el año 2005 revolucionaron la ingeniería civil al inventar un tipo nuevo de concreto que permite pasar la luz, el cual es mucho más liviano que el concreto convencional.
Si bien este tipo de tecnología no ha sido muy utilizada desde su invención, se prevé que en el futuro se utilice en construcciones de todo el mundo por sus características tan únicas. Una de las más importantes es que no se deteriora al entrar en contacto con el agua, por lo que es muy útil en la construcción de plataformas marinas, presas, y proyectos inmobiliarios en zonas costeras.
Por otro lado, su apariencia le permite ser utilizado con un fin estético y generar ahorros en yeso, pintura, y muchos otros materiales que se utilizan para los acabados. Esto sin contar que es 30% más ligero que el concreto tradicional y por lo tanto más seguro.
De hecho los autores de este invento han dado una nueva esperanza a habitantes de zonas altamente propensas a los terremotos como la Ciudad de México, pues se espera que las construcciones tengan un mejor pronóstico antes, durante y después de los movimientos telúricos con este material.
Uno de los inventos más polémicos que ha desarrollado un ingeniero mexicano es la Tridilosa.
Este material mixto compuesto por acero y hormigón permite a las constructoras realizar estructuras sumamente resistentes.
Debido a esta característica, en un principio se consideró como una excelente opción para utilizarse en proyectos grandes como plazas o puentes. Sin embargo, este invento generó mucha controversia, ya que es hueco en la zona de tracción.
El escepticismo con el que la mayoría de los constructores trataron a este proyecto, obligó a su creador Heberto Castillo, a probar frente a una gran audiencia la resistencia de su invento. Para esto ordenó que se colocara un camión de más de 50 toneladas encima de una construcción hecha en su totalidad de Tridilosa.
Una vez aclarado este tema, podemos mencionar otro elemento que hace de este material un descubrimiento trascendental: su costo, debido a que ahorra un 66% de hormigón y hasta un 40% de acero, lo cual lo convierte en una opción muy accesible.
De hecho, en México, hay casi un millón de metros cuadrados construidos con Tridilosa, entre ellos edificios muy famosos tales como el World Trade Center, de la capital del país.
El vandalismo es un fenómeno que aunque no es exclusivo de México, es bastante notorio en nuestro país, sobre todo en las ciudades más grandes.
Con esto en mente, un nuevo invento surgió a manos de ingenieros mexicanos para darle solución a este problema: la pintura antigraffiti.
Este tinte utiliza tecnología hidrofóbica, que se basa en el uso de materiales que no pueden combinarse con agua. Por este motivo, esta pintura, que se vende en aerosol, puede limpiarse fácilmente por medio de jabón o cinta adhesiva.
Una de las características más impresionantes de esta creación es el hecho de que muchos de sus componentes pueden ser sintetizados de elementos naturales endémicos de la región, tales como la baba de nopal. Y además por su composición es posible también utilizarla para resanar hendiduras y otros tipos de daño.
Como hemos visto los ingenieros mexicanos han tenido grandes aportaciones en múltiples industrias. Con esto en mente debemos mencionar uno de los inventos que más han marcado a la aeronáutica: la Hélice Anáhuac.
Los resultados de esta innovación fueron muy renombrados, ya que se logró que los aviones se elevaran mucho más y de mejor manera. Por supuesto en muy poco tiempo el producto se exportó a todo el mundo.
Gracias a los conocimientos ebanistas (es decir de construcción de muebles y trabajo con materiales) es que Juan Guillermo Villasana obtuvo el oficio familiar, fue capaz de crear una hélice que combinaba diversos tipos de madera y un ensamble totalmente diferente al que se solía usar.
El Fusil Mondragón tenía un mecanismo muy revolucionario para su época: funcionaba por acción de los gases del disparo producidos por la deflagración de la pólvora, mediante un cilindro paralelo y su pistón.
El arma también podía funcionar manualmente como un fusil de cerrojo si se cerraba la válvula montada en el tubo de gases.
Como el diseño del fusil era demasiado innovador, las armerías mexicanas no pudieron producirlo en masa. Así que Mondragón tuvo que acudir a la fábrica suiza Schweizerische Industrie Gesellschaft (SIG) para que lo fabricaran.
Mondragón era un apasionado de las armas que llegó a diseñar varios rifles y mejorar los sistemas de la artillería mexicana los cuales hicieron más mortífero el arsenal del ejército mexicano. Bajo el apoyo del régimen de Porfirio Díaz, en 1887 patentó el Fusil Mondragón, que después sería conocido oficialmente como “Fusil Porfirio Díaz Sistema Mondragón” y se convertiría en el primer rifle semi-automático usado por un ejército en el mundo.
El Dr. Belisario Hernández Romo creció en la traficosa Ciudad de México, aprendiendo geometría bajo la tutela del ingeniero mecánico Arturo Olivero Cedeño, quien estaba obsesionado con desenmarañar el tránsito vehicular capitalino.
La intersección de flujo continuo, o CFI, por sus siglas en inglés, invento mexicano, ha sido usado en Australia, China, Alemania, el Reino Unido, Estados Unidos y, por supuesto, México.
En 1963, Cedeño ya había patentado en Estados Unidos un distribuidor vial elevado. Romo tomó la idea de su mentor y trató, durante años, de replantearla para poder construir algo práctico y deshechar la necesidad de construir puentes. Así, un día llegó a su cabeza: desde una perspectiva aérea, aplanó en su mente los puentes elevados y puso todo al nivel del suelo, controlando el flujo con un solo semáforo.
Fue en 1987 que terminó de diseñar la Intersección de Flujo Continuo, cuyo ingrediente secreto eran las vueltas a la izquierda. Se asoció con su amigo empresario Francisco Mier para capitalizar la idea a nivel internacional.
No es tenis. No es squash. No es pelota vasca, ni jai alai, ni frontón. Pero es mexicano. El pádel se juega en parejas y para ello se necesitan tres cosas: la pelota, la pala y el campo de juego o pista.
Este juego de pelota ha ganado mucha popularidad en todo el mundo y, aunque no es un deporte olímpico, es gobernado por la Federación Internacional de Padel, con sede en España.
En Dubai, Singapur, Reino Unido, Argentina, India y Portugal se ha convertido en uno de los deportes más populares, pero pocos saben que es un invento mexicano.
Fue idea del empresario millonario Enrique Corcuera, quien lo inventó en 1969 en su casa de Las Brisas, en Acapulco, Guerrero. Inspirado en el paddle tennis estadounidense, Corcuera tuvo la intención de jugar frontón sin que la espesa vegetación cubriera la cancha; decidió emparedar un terreno de 20 x 10 metros, a fin de, también, no tener que ir por las pelotas que se volaban. Adaptó una pelota de tenis y unas raquetas especiales y jugaba con sus amigos durante el verano.
En 1974, uno de los huéspedes de Corcuera, el Príncipe Alfonso Hohenlohe, quedó encantado con el juego y lo exportó a Costa del Sol, España.
Es ampliamente conocido como un juego de mesa que junta el aprendizaje y la diversión, desde hace algunos años se convirtio en una de las aplicaciones electrónicas mexicanas más vendidas.
Fue creado por Sergio Schaar Chabat, el juego se originó en México en 1985.
La idea nació como un pasatiempo para sus hijos, con el que buscó transmitirles, entre otras muchas cosas de interés general, los principales conocimientos escolares; con la intención de ayudarlos en sus estudios y a aumentar su acervo cultural de la manera más efectiva: jugando.
Su realización dependió de muchos factores, y su éxito de muchos más y gracias a la aceptación generalizada que recibió en todo el país luego de que se dio a conocer de boca en boca.
Ha logrado mantenerse ofreciendo nuevas versiones, actualizando periódicamente su contenido, innovando su forma de jugar, mejorando siempre la calidad de las preguntas.
Actualmente existen más de 25 que incluyen juegos para todas las edades, ediciones de exportación a España y Estados Unidos, ediciones especiales de El Agua, La Ecología y La Ciudad de México
Existe una actividad llamada "tiro a siluetas metálicas", regida por el Sindicato Internacional de Tiro a Siluetas Metálicas, al que pertenecen 18 países, casi todos europeos, junto con Zimbabue, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
Se trata simular la cacería de animales, pero en lugar de seres vivos, se usan como blancos siluetas metálicas de diversas especies, como cerdos, carneros, gallinas y vacas.
Esto es un invento mexicano que se inventó a finales del siglo XIX, pero en un principio se usaban animales reales, colocándolos a diversas distancias.
En 1948 se decidió dejar de usar animales vivos, y éstos fueron reemplazados con siluetas metálicas de los mismos. Ese año se realizó la primera competencia de "siluetas metálicas" en la Ciudad de México. En 1967 se exportó la actividad a Arizona, Estados Unidos, y se convirtió en el deporte de tiro más popular, pues tenía menos restricciones que otros del género.
Es tradición debido al origen del deporte nombrar las figuras en español mexicano, como "gallina", "jabalí", "guajolote" y "borrego".
En la convención musical moderna, una octava se divide en 12 semitonos en la escala bien temperada. Sin embargo, en 1895, el músico potosino Julián Carrillo, al experimentar con su violín, descubrió sonidos entre los semitonos, lo que pudo haber provocado una nueva revolución musical.
El llamado "sonido 13" fue admirado por músicos como Nicolas Slonimsky. Carrillo patentó varios pianos capaces de reproducir los microtonos. Sin embargo, la excentricidad del descubrimiento se quedó como una curiosidad de la época y quedó en el olvido. El uso del sonido 13 se puede encontrar en varias composiciones de Carrillo, siendo la primera Preludio a Colón de 1922.
Podríamos asumir, por el nombre, que son mexicanos pero, como el chop suey, bien pudieron resultar una invención estadounidense, pues los asociamos más con Homero Simpson y su sombrero-nacho en el partido de futbol americano, que como parte de la tradición mexicana. Pero no, los nachos son mexicanos.
En Piedras Negras, Coahuila, en 1943 las esposas de los soldados estadounidenses se quedaban en el Fuerte Duncan, cerca del Paso del Águila, se trasladaban a Piedras Negras a comprar víveres. Cierto día, llegaron al Restaurante Moderno; ya había cerrado, pero el encargado, Ignacio "Nacho" Anaya, les hizo un aperitivo con lo que quedaba en la cocina: tortillas y queso. Anaya cortó las tortillas en triángulos, las frió y les puso rodajas de jalapeños y queso cheddar que, con el calor, se derritió de inmediato. Cuando le preguntaron el nombre del platillo, el contestó: "Nacho's especiales".
El platillo se popularizó en Texas y otros restaurantes se adjudicaron la invención. Sin embargo, se puede comprobar que fueron invento de Nacho Anaya, pues la receta original con su crédito se publicó en el libro St. Anne's Cookbookde 1954 y se habló de ellos por primera vez, incluyendo el crédito para Anaya en el libro A Taste of Texas de 1950.
Cuando un grano de maíz se calienta a 100ºC, la humedad contenida dentro del grano empieza a convertirse en vapor. Al alcanzar los 180ºC, la presión del vapor equivale a diez veces más la presión atmosférica a nivel del mar, lo que hace estallar las paredes que contienen el vapor, con un peculiar "¡pop!", y convertirlas en tu mejor compañía para ver películas en el cine.
Este fenómeno fue descubierto por los habitantes de lo que hoy es México, hace miles de años.
Los fósiles más antiguos de las palomitas de maíz (o tambien conocidos como pochoclos, cotufas, pororós, canchitas, pipocas, crispetas, cocalecas o rositas) se encontraron en México, se cree que tienen más de 5 mil años de antiguedad.
Los aztecas les llamaban momochtli y las usaban de adorno en las ceremonias, como collares y coronas, aunque estamos seguros que más de uno agarraba su corona y le echaba salsa Valentina, para no desperdiciar. La máquina para hacer palomitas fue un invento del dulcero Charles Cretor oriundo de Chicago, la cual se popularizo durante la Gran Depresión por ser baratas.
La palabra náhuatl "tziktli", significa "cosa pegajosa". Era una goma del árbol del mismo nombre (o chicle, como le conocieron después en español), bien usada por los mayas y aztecas, que solían mascar para disfrutar de su sabor dulce y a la vez, mantener sus dientes limpios. También la usaban para pegar cosas.
Aunque varias civilizaciones han tenido su propia goma de mascar, fue el chicle el que dio origen a la versión moderna. A mediados de la década de 1860, el presidente de México Antonio López de Santa Anna, fue a Nueva York y le dio una muestra del mexicano chicle al inventor Thomas Adams, a fin de que la usara para fabricar ligas o llantas.
Adams experimentó, pero no pudo; sin embargo, se le ocurrió hacer goma de mascar y funcionó. Cortó la goma en tiras y empezó a comercializar el producto saborizado desde 1871, siendo uno de ellos Chiclets, el más famoso hasta la fecha.
Desde hace muchas décadas se dejó de usar el chicle como ingrediente, por su alto costo, y en su lugar se usan materiales sintéticos.
Esta bebida alcohólica es famosa a nivel internacional, pero pocos saben que se creó en México. Fue en 1936, en Veracruz, cuando cuatro personas, el señor Blanco, Montalvo Lara y los hermanos Álvarez, fueron a beber un poco.
Ya entonados, a Blanco se le ocurrió hacer una bebida alcohólica de café; dos del grupo cultivaban un rico café árabe y el otro era químico, así que se encargó de hacer realidad la atrevida mezcla.
Al conseguir éxito con el sabor, la fórmula fue adquirida por la empresa Pedro Domecq; los dueños decidieron nombrar a la bebida honrando sus orígenes veracruzanos y la bautizaron Kahlúa, palabra náhuatl que significa "La casa de la gente acolhua", lugar que después fue llamado por los españoles "Fortaleza de San Juan de Ulúa".
Los cacahuates japoneses no son japoneses. El japonés Yoshigei Nakatani trabajó gran parte de su juventud en una fábrica de dulces en Sumotoshi, su pueblo natal; ahí aprendió a hacer confitería tradicional, como mamekashi, que eran semillas de diversos tipos cubiertas de harina condimentada.
En 1932, Nakatani desembarcó en Manzanillo, contratado por una empresa japonesa que quería hacer negocios en México, sin embargo, el negocio fracaso dos años después y Nakatani se quedó varado aquí.
Conoció a la mexicana Emma Ávila Espinoza y formaron una familia en la Ciudad de México. Nakatani empezó a fabricar botanas para subsistir, y combinó la receta de los mamekashi con cacahuates, ingredientes mexicanos y un toque de salsa de soya.
Durante varios años, la familia Nakatani vendió los cacahuates al mayoreo en la zona de La Merced; sus clientes iban a su local a comprar "cacahuates con el japonés".
Por 1945 Nakatani ya tenía fondos para fundar su empresa, a la que llamó "Nipón", el nombre en japonés de su país, la cual opera aún hasta nuestros días. Dirigida por los descendientes de Nakatani, aunque otras marcas los madrugaron registrando el nombre, ahora ya saben cuáles son los originales.
Este articulo fue publicado en unitec.mx y redbull.com